Tortilla de patata tramposa

Hay días en los que quiero tortilla de patatas, pero lo que no quiero es: pelar patatas, cortarlas finitas, freírlas en mil litros de aceite, vigilar que no se quemen y luego fregar media cocina. Básicamente, quiero la recompensa sin hacer la misión completa.

La tortilla tramposa nació justo así: un antojo serio de tortilla y cero ganas de comportarme como una abuela experta con paciencia infinita, o como mi madre, que tiene menos paciencia que la abuela pero mucha más que la mía. La idea de usar patatas de bolsa ni siquiera fue mía: lo había leído en algún sitio, pensé “qué locura, pero qué interesante” y luego lo olvidé por completo… hasta aquel día de hambre y pereza máxima en el que abrí el armario, vi la bolsa de patatas y se encendió la bombillita. Es la versión “atajo total” que se hace con patatas de bolsa o con patata ya preparada del súper. Sí, es un poco trampa. No, no vamos a sentir ni una pizca de culpa.

El resultado es sorprendentemente digno: jugosa, con sabor a tortilla “de verdad” y con un nivel de esfuerzo que se mide en abrir una bolsa y batir unos huevos. Perfecta para cenas rápidas, visitas improvisadas o esos días en los que solo quieres cortar un triangulito de tortilla y comértelo directamente de pie en la cocina, sin platos ni ceremonias.

Receta para preparar una tortilla de patata haciendo trampa (sin pelar ni una patata)

Tortilla de patatas exprés hecha con patatas de bolsa o patata ya frita del súper. Mínimo esfuerzo, cero pelar, resultado más que digno para una cena rápida o de emergencia.

Raciones: 2–3 raciones (o 4 picoteo)

Tiempo de preparación: 5–10 minutos

Tiempo de cocción: 8–12 minutos

Tiempo total: 15–20 minutos

Ingredientes

Versión con patatas de bolsa (tipo chips)

• 120–150 g de patatas fritas de bolsa (las clásicas, finas, sin sabores raros)

• 4 huevos tamaño M o L

• 3–4 cucharadas de leche o nata líquida (opcional, para más jugosidad)

• 1/4 de cebolla picada muy fina (opcional, versión cero esfuerzo: sin cebolla)

• 1–2 cucharadas de aceite de oliva

• Sal al gusto (cuidado, las patatas ya llevan sal)

• Pimienta negra (opcional)

O versión con patata ya preparada del súper

• 250–300 g de patata para tortilla ya frita (de las que vienen en bolsa o bandeja)

• 4 huevos

• 1–2 cucharadas de aceite de oliva

• Sal y pimienta al gusto

(Elige una de las dos versiones según lo que tengas a mano.)

Elaboración

1. Prepara los huevos sin drama: Casca los huevos en un bol grande y bátelos con un tenedor o varilla, sin obsesionarte. Añade la leche o nata si la usas, una pizca de sal (poco, que las patatas ya vienen alegres) y pimienta si te apetece.

2. Versión patatas de bolsa (hidratar la trampa): Añade las patatas de bolsa troceadas con la mano al bol de huevo. Mezcla bien y deja que se empapen 5–10 minutos mientras recoges un poco la cocina o miras el móvil. Las patatas se ablandarán y harán de “patata cocida exprés”.

3. Versión patata preparada: mezclar sin pensar: Si usas patata ya frita del súper, caliéntala 1–2 minutos en el microondas o en la sartén para que no esté fría de la nevera. Luego añádela al bol con los huevos batidos, mezcla bien y corrige de sal si hace falta.

4. Cebolla, sí o no: Si vas a usar cebolla y no te da pereza total, puedes freírla tu o usar cebolla de bote.

   • Sofríe 3–4 minutos en una sartén pequeña con una cucharada de aceite hasta que esté blandita, y luego la añades a la mezcla de patata y huevo.

   • O quienes sean 100 % perezosos pueden usar cebolla frita crujiente de bote directamente (un puñadito al final, queda muy rica).

5. Calienta la sartén: Pon una sartén antiadherente pequeña o mediana a fuego medio con 1–2 cucharadas de aceite. Cuando esté caliente pero no humeante, vierte la mezcla de huevos y patatas.

1. Cuaja sin agobios: Cocina la tortilla a fuego medio-bajo durante 4–6 minutos, moviendo un poco la sartén de vez en cuando y despegando los bordes con una espátula. La idea es que se vaya cuajando despacio por abajo y los bordes.

2. Momento giro dramático (pero rápido): Cuando veas que la parte de abajo está cuajada y el centro aún un pelín cremoso, coloca un plato llano encima de la sartén, da la vuelta con decisión (sí, es el momento de fe total) y desliza de nuevo la tortilla a la sartén para cuajar el otro lado 2–4 minutos más, según te guste de hecha.

3. Dejar reposar (si puedes): Apaga el fuego y deja reposar la tortilla 2–3 minutos en la sartén o en el plato. Se asienta, termina de cuajar un poquito y el corte queda más bonito. Otra cosa es que tengas paciencia.

Trucos perezosos y variaciones

No te saltes esos 10 minutos de remojo en huevo si usas patatas de bolsa, es lo que hace que la tortilla de patata se parezca a una normal, aunque hayas usado el atajo. La primera vez que hice esta tortilla tramposa reduje bastante el tiempo de remojo, basta decir que no lo he vuelto a hacer.

• Atajo máximo: Usa patatas fritas de bolsa tipo “caseras” (un poco más gruesas). Dan textura muy parecida a patata de tortilla y ni se nota la trampa si no lo dices.

• Más jugosa: Añade un huevo extra o un chorrito generoso de leche/nata. Cuaja la tortilla a fuego más bajo y durante un poquito menos de tiempo para que quede cremosa por dentro.

• Con extra de sabor sin esfuerzo: Añade a la mezcla un puñado de queso rallado, unas tiras de jamón york, taquitos de jamón serrano o restos de pollo asado. Es la tortilla oficial de “que no se tire nada”.

• Cero cebolla, cero discusión: Si no quieres guerra de “con o sin cebolla”, haz la base sin cebolla y pon cebolla frita crujiente encima de tu porción al servir. Democracia absoluta.

• Para fregar menos todavía: Usa una sartén antiadherente buena y una tapa en vez de darle la vuelta con plato: deja que se cuaje con la tapa a fuego muy bajo. No queda tan perfecta de forma, pero el estrés se reduce un 90 %.

Esta tortilla tramposa no pretende sustituir a la de la abuela o la de tu madre, ni competir con el bar de la esquina… pero cuando llegas tarde, tienes hambre y cero ganas de pelar patatas, se convierte en tu mejor amiga. Si alguien pregunta, tú solo sonríe y di: “Es mi receta especial.” Lo de la bolsa de patatas puede quedarse entre nosotros. 😉