Garbanzos de bote "arreglados"

Confesión: durante años tuve garbanzos de bote en la despensa “por si acaso” y ahí se quedaban, mirándome con cara de “nos vas a ignorar hasta el fin de los tiempos”. El problema es que en mi cabeza cocinar legumbres sonaba a: remojar, cambiar el agua, olla, espumar… vamos, demasiadas cosas para un martes cansado.

Un día, con cero ideas para cenar y la nevera bastante deprimente, abrí un bote de garbanzos “por abrir algo” y decidí que tenía que haber una forma de arreglarlos sin convertirme en una cocinera experta. Un poco de tomate, un toque de ajo, algo de pimentón y cuatro cosas más de la despensa… y de repente tenía un plato de cuchara muy digno, sin haber remojado nada ni planificado nada.

Estos garbanzos de bote arreglados son justo eso: coger un bote, darle alegría en una sola sartén o cazuela y sentarte a comer como si hubieras estado guisando toda la tarde. Son ideales para cenas rápidas, para aprovechar restos (un trocito de chorizo, unas espinacas tristes, un culín de caldo) y para esos días en los que quieres comer con cuchara sin hacer un máster en cocina tradicional.

Receta para arreglar unos garbanzos envasados (en 15 minutos)

Garbanzos de bote convertidos en un guiso rápido y sabroso con tomate, ajo y pimentón. Todo en una sola cazuela, listo en unos 15 minutos, perfecto para una cena de cuchara perezosa pero reconfortante.

Raciones: 2 raciones generosas (o 3 más ligeras)

Tiempo de preparación: 5 minutos

Tiempo de cocción: 10–12 minutos

Tiempo total: 15–20 minutos

Ingredientes

• 1 bote de garbanzos cocidos (400 g aprox., escurridos y enjuagados)

• 2 cucharadas de aceite de oliva

• 1 diente de ajo picado (o 1/2 cucharadita de ajo en polvo, versión muy perezosa)

• 1/2 cebolla pequeña picada fina (opcional; puedes omitirla sin culpa)

• 150–200 g de tomate frito o salsa de tomate (de bote o brick)

• 1 cucharadita de pimentón dulce (paprika)

• 1 pizca de pimentón picante o guindilla (opcional, si te gusta el toque alegre)

• 100–150 ml de agua o caldo (lo que tengas)

• 1 puñado de espinacas frescas o un bloque pequeño de espinacas congeladas (opcional)

• 4–6 rodajitas de chorizo o taquitos de jamón (opcional, para versión “arreglada de lujo”)

• Sal al gusto

• Pimienta negra al gusto

• 1 chorrito de zumo de limón o un toque de vinagre suave (opcional, para avivar el sabor)

Elaboración

1. Prepara los garbanzos sin complicarte: Abre el bote de garbanzos, escúrrelos y pásalos un momento bajo el grifo para quitar el líquido de conserva. Déjalos en un colador mientras haces el resto. Ya tienes el paso “largo” hecho.

2. Sofríe la base (o haz trampita): En una cazuela o sartén honda, calienta el aceite a fuego medio. Si no estás en modo pereza total, añade la cebolla picada y sofríe 3–4 minutos hasta que se ablande un poco. Luego añade el ajo y cocina 30 segundos más, sin que se queme.

   Versión ultra perezosa: salta directamente al tomate y usa ajo en polvo, sin sofrito previo.

3. Añade el tomate y el pimentón: Incorpora el tomate frito a la cazuela, mezcla y agrega el pimentón dulce (y el picante o la guindilla, si usas). Cocina 1 minuto, removiendo, para que el pimentón suelte aroma pero sin quemarse (si se quema, amarga).

4. Suma los garbanzos y el líquido: Añade los garbanzos escurridos, el agua o caldo, una pizca de sal y pimienta. Mezcla todo con cariño (o con cuchara, que también sirve). Lleva a ebullición suave.

5. Deja que se “arreglen” tranquilamente: Baja el fuego y cocina a fuego medio-bajo unos 8–10 minutos, tapado parcialmente. No es para que se cocinen de nuevo, es solo para que se empapen del sabor y el caldo espese un poquito.

6. Añade extras sin esfuerzo: Si vas a usar chorizo o jamón, añádelo ahora en rodajitas o taquitos y deja que se caliente con el guiso. Si tienes espinacas, añádelas en los últimos 2–3 minutos; se van a quedar tiernas sin hacer nada más. Prueba de sal y ajusta.

7. Toque final opcional: Apaga el fuego y, si quieres, añade un chorrito de zumo de limón o un pelín de vinagre suave para dar un puntito de frescor. Deja reposar 2 minutos: mejora mientras tú pones la mesa (o decides en qué serie vas a comer delante).

Trucos perezosos y variaciones

• Versión 100 % despensa: Si no tienes cebolla fresca ni ajo, usa cebolla frita de bote y ajo en polvo. Mezcla garbanzos + tomate frito + agua/caldo + especias en la cazuela, calienta 10 minutos y listo.

• Garbanzos “a la nevera vacía”: Añade cualquier resto que tengas: unas verduras asadas de ayer, un trozo de pollo, un poco de arroz cocido… Todo se camufla muy bien en este guiso.

• Más cremosos sin esfuerzo: Machaca con la cuchara unos cuantos garbanzos contra la pared de la cazuela mientras cuecen. Eso espesa el caldo sin tener que añadir nada raro.

• Toque marroquí perezoso: Sustituye el pimentón por una mezcla de comino, cúrcuma y un pelín de canela o ras el hanout. De repente, parecen unos garbanzos exóticos y sofisticados (pero siguen siendo de bote).

• Plato único completo: Añade un huevo por persona directamente al guiso, cuando esté casi terminado, y deja que se cuaje a fuego suave con la cazuela tapada. Garbanzos con huevo sin ensuciar otra sartén. Pura eficiencia perezosa.

• Para fregar menos: Acompáñalos solo con pan y listo. Nada de hacer segundo plato: estos garbanzos ya son la cena entera.

Estos garbanzos de bote arreglados son la prueba de que se puede comer de cuchara, calentito y con sabor a “comida hecha con cariño” sin remojar ni un solo garbanzo ni mirar el reloj. Si tienes un bote en la despensa, tienes la cena. Y lo mejor: nadie tiene por qué saber que el mayor esfuerzo que has hecho ha sido abrir el bote. 😉

Si quieres, después te preparo el prompt para generar la imagen de esta receta al estilo La cocinera perezosa.