Los cuencos budistas son una opción perezosa
Los cuencos budistas, conocidos como "Buddha bowls", son una representación de equilibrio y bienestar en la gastronomía contemporánea. Estos platos combinan una variedad de ingredientes que aportan nutrientes esenciales, promoviendo una alimentación saludable y consciente. Y ya he hablado de ellos antes.
Quiero destacar qye también son rápidos de preparar con ingrediente pre-cocinados, o con ingredientes que tengas en la despensa o el congelador. Además, se pueden aprovechar algunas sobras. Sobre todo esas que no son suficientes para otra comida.
Y aquí hay dos ejemplos de dos días que tenía mucho trabajo, realmente me sentía realmente perezosa y no quería pasar mucho tiempo en la cocina.
Base de arroz integral
200g de tofu (ya marinado)
Cortas la cebolla en tiras y las pones en un cuenco con el zumo de limón. Déjalas aparte mientras preparas el resto. Quedarán suaves.
Pon las hojas de ensalada en agua para que se vayan limpiando.
Calienta el arroz en el microondas, siguiendo las instrucciones del paquete.
Mientras tanto, cuece las gambas en un cazo con agua y un poco de sal. Puedes usar el hervidor de agua para calentarla rápidamente antes de ponerla en el cazo. Escúrrelas cuando esté listas.
Calienta el tofu marinado en otra sartén.
Enjuaga y escurre las hojas de ensalada. Pela y corta el aguacate.
Reparte el arroz entre dos cuencos. Pon encima las hojas de ensalada, el tofu marinado, las gambas, el aguacate y las tiras de cebolla (no tires el zumo)
Mezcla el zumo de limón con la salsa de soja y el aceite de sésamo. Viértelo por encima, repartiéndolo entre los dos cuencos.
¡Listo!
Notas
Base de arroz integral, quinoa roja y blanca
1 paquete de arroz integral, quinua roja y quinua perlada pre-cocidos
Cebolla encurtida en limón (sobró del día anterior)
Gambas aliñadas con ajo y cilantro (restos)
Ensalada de alubias blancas y lentejas con vinagreta (sobras)
Hojas variadas (ya lavadas el día anterior)
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 cucharada de vinagre
sal y pimienta molida
Calientas el arroz y quinua en el microondas, siguiendo las instrucciones de paquete. Lo repartes entre dos cuencos.
Encima pones las hojas de lechuga, la ensalada de alubias y lentejas, las gambas y la cebolla morada.
Bates el aceite de oliva, el vinagre con un poco de sal y pimienta para hacer una vinagreta. Viertes un poco por encima de cada cuenco.
¡Listo para comer!
Notas
¿Te repite la cebolla cruda en las ensaladas? Córtala en tiras finas y déjala unos minutos en vinagre o zumo de limón. Este método de encurtido rápido suele resolver el problema. Y puedes usar el líquido para hacer el aliño de la ensalada.
Puedes hacer tu propia versión
La esencia de los cuencos budistas radica en la armonía de sus componentes, buscando siempre un equilibrio entre sabor, textura y valor nutricional. Lo mejor de estos cuencos es su flexibilidad, ya que puedes adaptarlos fácilmente según lo que tengas disponible. Mientras que los ingredientes frescos siempre son una excelente base, no subestimes el poder de las sobras. Aprovechar aquello que tienes en la nevera no solo reduce el desperdicio de comida, sino que también puede añadir capas interesantes de sabor y textura.
¿Qué elementos considerar?
Un cuenco budista típico suele incluir una base (como arroz, quinua o fideos), proteínas (vegetales o animales), una buena cantidad de verduras frescas, encurtidos o al vapor, algo crujiente (frutos secos o semillas) y un aliño sabroso que una todos los elementos. La clave está en jugar con estos componentes para crear combinaciones que te satisfagan visual y culinariamente.
Aprovechar sobras creativamente
Si tienes restos de comidas anteriores, aquí van algunas ideas para transformarlos en elementos esenciales de tu cuenco:
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Sobras de carnes, pescado o mariscos
Las proteínas ya cocinadas, como pollo asado, pescado al horno o carne salteada, se pueden desmenuzar o cortar en trozos y añadir como topping. Si te sobraron gambas o camarones al ajillo, simplemente recalienta con cuidado y colócalos sobre la base de tu elección. -
Verduras cocidas
Restos de verduras asadas, como zanahorias, brócoli o calabazas, son perfectos para aportar un sabor caramelizado. Incluso las verduras al vapor pueden realzarse con un chorrito de aceite de sésamo antes de incorporarlas al cuenco. -
Ensaladas sobrantes
Las ensaladas aliñadas, como esta de lentejas y alubias con vinagreta que he usado, se integran perfectamente como parte de los aderezos, añadiendo un toque de acidez. Si tu ensalada contiene ingredientes como cebolla encurtida o tomate, úsalos para complementar los sabores frescos. -
Cereales o pastas cocidas
Si queda un poco de arroz blanco o integral de la cena, o incluso pasta simple de trigo o garbanzos, puedes usarlos como base. Hazlos más sabrosos con el aliño, o añadiendo unas gotas de salsa de soja, vinagre de arroz o zumo de limón antes de servir. -
Salsas o caldos sobrantes
¿Te quedó salsa de tomate casera, curry o incluso un poco de caldo? Puedes convertirlo en un rápido aliño al mezclarlo con un poco de aceite de oliva, especias o yogur natural. Esto agrega profundidad al cuenco sin necesidad de preparar un aderezo desde cero.
Ejemplo práctico
Imagina que tienes sobras de pollo asado y un poco de arroz blanco cocido. Puedes crear un cuenco con estos elementos como base, añadiendo algunas hojas verdes frescas, zanahorias ralladas y un pepino cortado en rodajas. Completa con un toque crujiente de frutos secos o semillas, como almendras laminadas o semillas de sésamo, y termina con un aliño sencillo hecho con yogur, limón, sal y pimienta.
Los cuencos budistas celebran la improvisación. Puedes mezclar sobras y frescura, experimentando con lo que tienes a mano. Son una prueba de que, con un poco de creatividad, hasta los ingredientes más olvidados en tu nevera pueden convertirse en una comida deliciosa, sana y visualmente atractiva. ¡Deja que las posibilidades te sorprendan!
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