Bebidas de altura
¿Qué se puede beber durante un vuelo?
Siempre se puede beber agua. Se puede escoger zumo de tomate si apetece algo más que agua y no se quieren acumular calorías. También se puede aprovechar la oportunidad para probar algo nuevo, sobre todo si se trata de un vuelo largo.
En la mayoría de los vuelos, las aerolíneas ofrecen a los pasajeros una bebida justo después de despegar. Y si el vuelo es largo, hay disponible un suministro constante de bebidas a partir de entonces, además de servir algo de beber con las comidas. Lo hacen por una buena razón, ya que los cambios en la presión durante los vuelos pueden producir deshidratación y congestión. Beber regularmente es la manera de evitar estos efectos desagradables y mantenerse bien.
Un surtido variado de bebidas alcohólicas suele ser parte de la selección que se ofrece. Las aerolíneas se aseguran de tener buenos vinos y en algunas rutas se sirven excelentes añadas. Como en un avión no hay mucho más que hacer que disfrutar del entretenimiento a bordo, cuando lo hay, y de la comida y el vino que se ofrecen, puede ser una buena oportunidad para probar algo nuevo sin tener que preocuparse del volante. Un vuelo largo es un buen momento para elegir un buen vino, descansar y relajarse. Sin embargo, hay que beber responsablemente. Beber alcohol en exceso empeorará el jet-lag y el estado de deshidratación, justo el efecto contrario de lo que se pretende.
Con ciertas bebidas pueden acumularse calorías innecesarias. Una comida de avión tiene alrededor de 600 calorías. Los extras, como los zumos, la cerveza o el vino, pueden disparar la cuenta calórica.
La ginebra, el vodka, el whisky o el ron tienen alrededor de 100 calorías cada una. Hay que añadir las del agua tónica o la cola si se mezclan.
El sentido común recomienda evitar los licores, el vino y la cerveza por completo en vuelos cortos de negocios. El riesgo de ceder a la tentación es sentir mucho sueño, en lugar de estar alerta y concentrado, durante todas esas reuniones que vienen después.
Siempre se puede beber agua. Se puede escoger zumo de tomate si apetece algo más que agua y no se quieren acumular calorías. También se puede aprovechar la oportunidad para probar algo nuevo, sobre todo si se trata de un vuelo largo.
En la mayoría de los vuelos, las aerolíneas ofrecen a los pasajeros una bebida justo después de despegar. Y si el vuelo es largo, hay disponible un suministro constante de bebidas a partir de entonces, además de servir algo de beber con las comidas. Lo hacen por una buena razón, ya que los cambios en la presión durante los vuelos pueden producir deshidratación y congestión. Beber regularmente es la manera de evitar estos efectos desagradables y mantenerse bien.
Un surtido variado de bebidas alcohólicas suele ser parte de la selección que se ofrece. Las aerolíneas se aseguran de tener buenos vinos y en algunas rutas se sirven excelentes añadas. Como en un avión no hay mucho más que hacer que disfrutar del entretenimiento a bordo, cuando lo hay, y de la comida y el vino que se ofrecen, puede ser una buena oportunidad para probar algo nuevo sin tener que preocuparse del volante. Un vuelo largo es un buen momento para elegir un buen vino, descansar y relajarse. Sin embargo, hay que beber responsablemente. Beber alcohol en exceso empeorará el jet-lag y el estado de deshidratación, justo el efecto contrario de lo que se pretende.
Con ciertas bebidas pueden acumularse calorías innecesarias. Una comida de avión tiene alrededor de 600 calorías. Los extras, como los zumos, la cerveza o el vino, pueden disparar la cuenta calórica.
Licores
Vienen en botellas pequeñas, cada una contiene una doble dosis.La ginebra, el vodka, el whisky o el ron tienen alrededor de 100 calorías cada una. Hay que añadir las del agua tónica o la cola si se mezclan.
Cerveza
Suelen ser latas pequeñas, alrededor de 95 calorías cada una.Vino
Por lo general, viene en botellas pequeñas, alrededor de 170 ml, suficiente para dos vasos.El sentido común recomienda evitar los licores, el vino y la cerveza por completo en vuelos cortos de negocios. El riesgo de ceder a la tentación es sentir mucho sueño, en lugar de estar alerta y concentrado, durante todas esas reuniones que vienen después.
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